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Mostrando entradas de 2017

El sadomasoquismo en la interrelación dominio-amor

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2.8.4.1 El sadomasoquismo en la interrelación dominio-amor Un paradigma especial de la interrelación dominio-amor es el sadomasoquismo entendido no como juego sexual esporádico adoptado por dos personas sino como situación de dominación y sometimiento. Aunque el modelo más repetido es el de varón-sádico frente a mujer-masoquista, cualquiera de los dos sexos puede adoptar ambas posiciones, tanto en una relación heterosexual como en una homosexual. Lynn Chancer en su obra  Sadomasochism in every day Lif. The Dynamics of Power and Powerlessness , afirma que, en su paradigma, en la relación entre las personas sádicas y  las masoquistas: “[…] el significado del poder sexual y de la ausencia de poder afecta mucho más fundamentalmente al núcleo de las personas implicadas. Aunque sus anhelos de experiencias de dominación y subordinación se manifiestan a nivel sexual, no obstante transcienden  el reino de la sexualidad per se . No se busca el sexo por sí mismo, quizá por variedad o

La cultura como cultivo de lo espontáneo de la vida

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José Ortega y Gasset , desde una filosofía de la cultura, la entiende como "cultivo" y por tanto como "descubrimiento y creación". " Con esto se anuncia un concepto de cultura:  el cultivo de lo inmediato y espontáneo de la vida . Asi, Ortega montará su idea de cultura ya desde  Meditaciones   sobre la oposición de la espontaneidad de la vida y de su cultivo, en que se trasciende, purifica y encauza esa espontaneidad vinculada a la vida individual; porque la vida es la de cada cual, la realidad concreta, vivida y espontánea, que vive en una circunstancia concreta, la de cada uno. Éste es el descubrimiento de la nueva época, que detrás de la  K ultura y de la cultura está la vida concreta de cada uno con su palpitar concreto, vital, con sus deseos y ansiedades. Detrás o antes de la política o de los grandes ideales de la modernidad, -Ciencia, Moral y Arte-, están la amistad, el amor, el goce y otras necesidades privadas que también hay que cultivar para d

Interrelación dominio-amor

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2.8.4  La interrelación dominio-amor Los determinantes biológicos de la conducta sexual fueron campo de estudio en la primera fase de la Antropología feminista en la década de 1960 (Lewellen, 2009 [2003], pág. 181). Aunque Fink no analiza esta interrelación no es conveniente olvidar el peso de los determinantes biológicos en el amor entendido como relación sexual (1995 [1979], pág. 211). Por otra parte, la expresión “machismo” hace alusión al sexo biológico del maltratador y no podemos obviar que aunque esta actitud puede estar favorecida por condicionantes culturales la condición biológica no está ausente. El ser humano no es ajeno al dimorfismo sexual presente en la mayoría de las especies animales. Ted Lewellen en su Introducción a la antropología política lo expresa así: “Las pruebas psicobiológicas provienen de cuatro fuentes: estudio de uniformidades transculturales comparativas, observaciones de la conducta infantil, comparaciones con primates superiores, y descripcione

El principio nacionalista

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Algunos autores ponen en cuestión la congruencia entre la unidad política y la unidad nacional entre otras cosas por el carácter imaginario de la nación. Por otra parte, ven la nación como un sistema obsoleto que reemplaza las comunidades religiosas y los reinos dinásticos. Marc Abélés en  La antropología política: Nuevos objetivos, nuevos objetos , lo expresa así: "Gellner (1983,11) definió el principio nacionalista como el principio que afirma que «la unidad política y la unidad nacional deben ser congruentes». Ahora bien, esta congruencia es la que plantea los problemas en la actualidad. Otra cuestión oportunamente planteada por B. Anderson (1983) se refiere a la naturaleza del vínculo que existe entre los miembros de una misma nación. Este autor destaca el carácter "imaginario" de esta comunidad. La nación, imaginada como limitada y como soberana, viene a reemplazar la influencia de las comunidades religiosas y de los reinos dinásticos característicos de la ép

Nacionalismo (de la imprenta a internet)

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El nacionalismo, como doctrina y movimiento político, necesita de algún medio de comunicación para propagarse y asentarse. Ted Levellen en su Introducción a la antropología política lo expresa así: “En Imagined Communities , Benedict Anderson (1983) sigue el rastro del nacionalismo desde sus raíces en el "capitalismo de imprenta" europeo del siglo XVIII. Previamente, existía poco sentido de unidad nacional más allá de una lealtad generalizada a la corona. Con la aparición a gran escala de la impresión en lengua vernácula y de la alfabetización de masas, impulsadas por la búsqueda de beneficios en la continua expansión del mercado editorial, por primera vez la gente corriente pudo identificarse con otras personas que nunca habían visto y que nunca conocerían. Estas agrupaciones fueron reforzadas por la rápida propagación de ideologías que dividían a las personas de acuerdo con sus lenguas, culturas e historias legitimantes -llenas de héroes valientes y autosacrificados-

Nacionalismos culturales

Gerd Baumann (1953-2014) en su obra El enigma multicultural. Un replanteamiento de las identidades nacionales, étnicas y religiosas revela su pensamiento sobre los nacionalismos centrífugos: “… ya hemos consultado la etnografía de Handler (1988) del nacionalismo cultural quebequés. Su detallado análisis empírico nos ha mostrado las maquinaciones estratégicas y los trucos retóricos que emplean los nacionalistas quebequeses para dar un carácter esencialista a una identidad nacional-cultural de los quebequeses. Son los mismos que hemos encontrado en otros movimientos nacionalistas etnopolíticos (McDonald, 1989; Heiberg, 1989): todos esos movimientos no los llevan a cabo para "el pueblo llano" por el que dicen hablar, sino para los políticos y los amañadores [manipuladores] totalmente urbanizados y que con frecuencia poseen estudios universitarios. Estos culturalistas de nuevo cuño utilizan la confusión de la gente entre la mejora de la planificación social para el futuro y u

Interrelación muerte-amor

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2.8.3 La interrelación muerte-amor La muerte separa pero el amor une y asocia. Para Fink, el ser humano siempre estará sometido a la muerte pero siempre se renovará la existencia “desde los milagros del amor” (1995 [1979], pág. 233). El amor reproductivo es la forma humana de superar la muerte: "en el amor de hombre y mujer palpita el anhelo de inmortalidad" (1995 [1979], pág. 214). La procreación y el nacimiento suponen la derrota de la muerte y convierten a la especie humana en inmortal en “la permanente renovada reiteración en el hijo y en los hijos de los hijos” que se convierte en una copia humana del cósmico ‘eterno retorno de lo mismo’, pensado por Nietzsche” (Fink, 1995 [1979], pág. 218). La expresión “morir de amor”, tan utilizada en las canciones y en la literatura, es algo más que una desgarradora declaración romántica de quebranto del alma. Hoy se reconoce que la pérdida del ser amado incide en la probabilidad de muerte anticipada de la persona que ha env

Cronoteo y la trinidad de la vida

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Cronoteo ya se había reconocido como un ser coexistente con otros cuya vida se producía en el seno del Tiempo y durante el tiempo que le era concedido. Alguien le había dicho que la vida es algo entre la nada del antes y la nada del después. Reflexionando sobre su vida llegó al convencimiento de que su ADN, el ENTORNO en que se encontraba y sus EXPERIENCIAS formaban un sistema en equilibrio inestable de condiciones que harían que su vida fuera de una u otra manera. El fallecimiento era el destino final pero el desequilibrio del sistema podía precipitarlo. Pero, ¿de qué depende la calidad y duración de la vida? Cronoteo se interesó por los conocimientos científicos de su época y, ayudado por la antropología biosocial, supo lo que sigue: El ADN constituye el bagaje genético que se conforma, aleatoriamente , en el momento de la concepción, a partir de los genes del padre y de la madre. Pero el ADN del individuo aunque es condicionante de su vida no es, en absoluto, de

Interrelación trabajo-juego

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2.8.2 La interrelación trabajo-juego Muchos juegos necesitan de un juguete para desarrollarse. Ya sabemos que el juguete (tanto infantil como adulto) es un elemento de la cultura técnica que necesita del trabajo para ser producido. Pero además, cualquier objeto, sea cual sea su finalidad, puede ser utilizado para jugar; un ejemplo evidente de esto sería un “smartphone” (puede utilizarse para trabajar, para jugar y también para jugar en horario laboral). Otro aspecto de esta relación se aprecia en el juego de aprendizaje social de los niños. Es frecuente que los niños simulen roles de distintas profesiones en sus juegos y adopten comportamientos de policías, ladrones, soldados, médicos, etc. Ya hemos dicho, más arriba , que se puede jugar a todo: a la guerra, al amor, a morir, a trabajar e incluso a jugar. Por otra parte, el tiempo disponible para jugar es función del tiempo empleado en trabajar y en esto aparece una relación de exclusión del juego por parte del trabajo. Con l

Interrelación trabajo-dominio

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2.8.1 La interrelación trabajo-dominio Ya hemos visto que el trabajo produce todos los elementos de la cultura técnica y entre ellos están las máquinas y herramientas necesarias para trabajar pero también las necesarias para conseguir el dominio mediante la lucha. Sin embargo, el trabajo y el dominio están interrelacionados asimétricamente: el trabajo nace como una imposición ejercida por alguien dominante. En el Libro del Génesis, III, 19, Moisés “con el ánimo de instruir y formar a su pueblo” dicta: “Mediante el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a confundirte con la tierra…) (Torres Amat, Félix; Petisco, 1980). Para Hegel y Marx, trabajo y dominio se compenetran de una manera tal que ambos pensadores no llegan a una determinación  propia de los fenómenos aislados. Su desacuerdo está en que para Hegel el trabajo es dependiente del dominio y para Marx el dominio es dependiente del trabajo (Fink, 1995 [1979], págs. 186-187). Con el surgimiento de la agricu

Interrelaciones entre los fenómenos fundamentales

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2.8 Interrelaciones entre los fenómenos Fink advierte que “en el concepto ‘fenómenos fundamentales’ de ningún modo subyace que la imagen fenoménica de la vida humana acuse siempre y continuamente una determinada caracterización” (1995 [1979], pág. 224). Esto significa que no siempre estamos en presencia de un determinado fenómeno fundamental (amor, juego, dominio, trabajo o muerte), aunque sí es cierto que la muerte subyace a todos a pesar de que no seamos conscientes de ello. Además, los fenómenos están relacionados entre sí en forma más o menos evidente, de forma que en una actividad humana determinada puede apreciarse una interrelación entre determinados fenómenos. Ya hemos visto que el trabajo es el fenómeno primordial de la cultura técnica y que en la relación de cada uno de los otros fenómenos fundamentales (amor, juego, dominio y muerte) con la cultura, siempre están presentes los elementos de la cultura técnica o instrumental producidos mediante el trabajo. En los

Cronoteo y la trinidad coexistencial

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Cronoteo hacía tiempo que se había reconocido como hijo del Tiempo . Sabía que había nacido en su seno y su mentalidad humana le decía que todos los mamíferos tienen madre pero también tienen padre. El Tiempo por sí solo no puede generar nada, hace falta algún soplo creador que aporte la semilla necesaria, que germinará a su debido tiempo. Había reflexionado sobre la coexistencia y llegó a la conclusión que él era un Coexistente . También lo había hecho sobre el Azar y supo que era un Coexistente aleatorio . En este punto, su razonamiento le mostraba que su dios ( Tiempo ) no era el único que regía su coexistencia. Tiempo , Azar y él mismo estaban interrelacionados formando una Trinidad indisoluble. Muchos científicos le habían explicado que el tiempo no era eterno. La teoría de la relatividad los había llevado a la conclusión de que el tiempo cosmológico había tenido su origen en una explosión (big bang) en la que la materia empezó a expandirse bajo unas determinadas leye

Cronoteo y el azar

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Ya te conté que Cronoteo ,  cuando nació , traía un bagaje genético que lo facultaba para adquirir habilidades y conocimientos humanos. Ese bagaje no es otra cosa que los genes que conforman su ADN. Cronoteo , un día, reparó en que resultaba que su ADN era fruto de la combinación aleatoria de los genes de sus progenitores. También  se dio cuenta de que la misma circunstancia se había dado en la concepción de todos sus ancestros. De este modo, su bagaje genético era fruto de un proceso aleatorio que se remontaba a un tiempo muy remoto y que se había producido en el seno del Tiempo . Por eso había cambiado su nombre (Sinteo) y había reconocido a Tiempo como su dios . Y pensó:  ― ¿En el seno del Tiempo ? Resulta que mi dios es femenino. Y continuó: —Pero qué tontería, los dioses no tienen sexo. Bueno, no tienen sexo ni tienen nada. Solo son un producto de la mente humana y pertenecen a la realidad imaginada. El ente llamado Cronoteo era el resultado de algo más que su bagaj

Cronoteo y su coexistencia

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Por lo que hasta ahora te he contado de Cronoteo , sabes que es un personaje muy interesado por los temas relacionados con el ser humano y dado a la reflexión. Un día, pensando sobre su existencia, se dio cuenta de que no estaba solo. Había muchas otras personas cuyo Tiempo coincidía con el suyo. Su existencia coincidía con la suya, es decir, todos coexistían . Cronoteo era un Coexistente. Cronoteo había leído sobre la unidad psíquica de la humanidad y sobre el alma compartida y se percató de que si era un ser humano se debía a que coexistía con Otros y compartía su cultura. Pero, esos Otros no eran solo aquellos con los que cohabitaba o convivía. Su tiempo de coexistencia empezó el día en que Azar hizo que fuera concebido y se prolongaría, casi con toda certeza, más allá de su fallecimiento. Sabía que coexistir no es lo mismo que “vivir-con”. La coexistencia se produce cuando hay alguien consciente de la existencia de otro o de sus obras. Por eso, por ejemplo, Pitágoras co

El juego en la cultura

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2.7.4 El juego en la cultura El juego es un rasgo cultural diferenciador. Es fácil encontrar juegos similares en todas las sociedades actuales y del pasado. Sin embargo, el nivel tecnológico, el medio ambiente y las convenciones sociales son los que marcan las diferencias. Huizinga en su obra Homo ludens afirma que “la cultura surge en forma de juego” (San Martín, 2010, pág. 309), pero si entendemos que el juego se ejecuta tomando una posibilidad que forma parte de una cultura y realizando acciones ’como si’ esa posibilidad fuera una realidad, es más lógico pensar que la cultura es la generatriz del juego y no al revés. Hay juegos que no requieren juguetes y son estos los que, por no depender de la tecnología se encuentran repetidos en la mayoría de las sociedades. Sin embargo, todos los juegos necesitan utensilios, ideas o reglas para su realización. Estos medios son proporcionados, respectivamente, por la cultura técnica, la cultura ideal o la cultura práctica. Citaré

Tipos de juego

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2.7.3 Tipos de juego Numerosos autores han propuesto tipologías del juego que permitan abarcar todas las manifestaciones de este fenómeno y todos coinciden en la dificultad de establecer una categorización de este concepto. Intentaré abarcar todo lo que supone actuación en el campo de la realidad imaginada y lo que tiene su finalidad en sí mismo. Aquí abordo una clasificación desde la epistemología fenomenológica. Más adelante, cuando me refiera a los epifenómenos del juego daré un desarrollo más completo a la tipología.  Invito al lector a que me sugiera algún juego que no pueda ser encuadrado en alguna de las siguientes categorías: Ritual Ceremonia Entrenamiento Competición Individual Representación Arte Lenguaje En esta tipología se considera que lo que no es trabajo, amor, lucha o muerte, es juego (aunque en muchos casos existan interrelaciones con esos fenómenos). La mayoría de tipologías al uso comprenden únicamente los juegos de entrenamiento y de compet

Rasgos esenciales del juego

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2.7.2 Rasgos esenciales del juego Al referirme a la necesidad del juego ya he adelantado dos de los rasgos esenciales como son: su capacidad de producir catarsis y la de ocupar el vacío del tiempo de ocio. Fink y sus seguidores afirman que el juego es autotélico, es decir, “tiene su finalidad y su sentido en sí mismo” (1995 [1979], pág. 224), sin embargo ya hemos visto que Monod afirma que obtiene resultados aunque no sean buscados (es teleonómico). Los rasgos más evidentes del juego son su carácter festivo y por la felicidad obtenida en el ámbito de la fantasía. El carácter festivo viene dado por su realización fuera del tiempo de trabajo. La felicidad la proporciona el que se trata de una actividad deseada, libremente elegida y que podemos interrumpir cuando lo deseemos.  Por último, su capacidad abarcadora, es decir, “de jugar no sólo a trabajo, lucha, amor y muerte, sino también al juego” (Fink, 1995 [1979], pág. 259), lo convierte en un espejo de la vida re

Necesidad del juego

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2.7.1 Necesidad del juego El juego infantil es un medio de preparación para la vida adulta similar al que ejecutan todos los mamíferos. Jacques Monod atribuye al juego “un valor teleonómico como coadyuvante a la cohesión del grupo, condición de su supervivencia y de la expansión de la especie” (1986 [1970], pág. 25). Pero también se juega en la adultez; en este caso el juego puede ser un entrenamiento pero también contribuye a lo que San Martín describe como “la liberación fantasiosa del presente” (2010 [2005], pág. 310). Esta liberación supone una catarsis necesaria para superar los inconvenientes de la vida cotidiana pero que puede resultar adictiva. El ocio, entendido como cesación de toda actividad, suele conducir a un estado de tedio que solo puede ser superado por la realización de alguna actividad. En esta situación la actividad preferida por los humanos es el juego ya que supone una evasión de la realidad y proporciona felicidad. Para los jubilados, “condenad

El juego como fenómeno

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2.7 Juego Fink afirma que el juego es algo más que los múltiples actos lúdicos que realizamos; se trata del modo que tiene el ser humano de relacionarse con lo posible e irreal (1995 [1979], pág. 224). Para Huizinga el juego “es una acción libre ejecutada ‘como si’ y sentida como situada fuera de la vida corriente […] que se desarrolla en un orden sometido a reglas” (San Martín, 2010 [2005], pág. 310) Por supuesto, el juego infantil es solo una de las formas en que se produce el juego y, en este caso tienen un marcado contenido de aprendizaje y socialización. La relación del juego con los otros fenómenos fundamentales (trabajo, lucha, amor y muerte) es abarcante y envolvente. Los comprende y escenifica en el ámbito de lo imaginario o aparente, es decir de la realidad imaginada (Fink, 1995 [1979], pág. 249). La Teoría de juegos analiza los juegos de estrategia como una situación en la que interactúan varios individuos y en la que el resultado final que obtiene cada uno de