El juego en la cultura
El juego es un rasgo cultural diferenciador. Es fácil encontrar juegos similares en todas las sociedades actuales y del pasado. Sin embargo, el nivel tecnológico, el medio ambiente y las convenciones sociales son los que marcan las diferencias. Huizinga en su obra Homo ludens afirma que “la cultura surge en forma de juego” (San Martín, 2010, pág. 309), pero si entendemos que el juego se ejecuta tomando una posibilidad que forma parte de una cultura y realizando acciones ’como si’ esa posibilidad fuera una realidad, es más lógico pensar que la cultura es la generatriz del juego y no al revés.
Hay juegos que no requieren juguetes y son estos los que, por no depender de la tecnología se encuentran repetidos en la mayoría de las sociedades. Sin embargo, todos los juegos necesitan utensilios, ideas o reglas para su realización. Estos medios son proporcionados, respectivamente, por la cultura técnica, la cultura ideal o la cultura práctica. Citaré algunos ejemplos:
- Cultura técnica: Raqueta, peonza, barajas de cartas, ornamentos para celebraciones, caretas, máquinas de musculación, televisores, teatros, ruletas, trompeta, etc.
- Cultura ideal: El tenis, el futbol, los torneos, la oca, la güija, el parchís, el dominó, el bautismo, las rogativas, la Traviata, etc.
- Cultura práctica: Reglas de juego, normas de protocolo, liturgia, crupier, escultor, árbitro, etc.
En facebook es fácil encontrar imágenes relacionadas con los juegos infantiles tradicionales, como crítica a los practicados por los niños de hoy en día en los que prevalece el uso de juegos y juguetes que casi no requieren actividad física. Las entradas más abundantes, relacionadas con la cultura ideal, son las referidas a conciertos musicales, representaciones teatrales y competiciones deportivas.
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