Interrelación trabajo-dominio
2.8.1 La interrelación trabajo-dominio
Ya hemos visto que el trabajo produce todos los elementos de la cultura técnica y entre ellos están las máquinas y herramientas necesarias para trabajar pero también las necesarias para conseguir el dominio mediante la lucha.
Sin embargo, el trabajo y el dominio están interrelacionados asimétricamente: el trabajo nace como una imposición ejercida por alguien dominante. En el Libro del Génesis, III, 19, Moisés “con el ánimo de instruir y formar a su pueblo” dicta: “Mediante el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas a confundirte con la tierra…) (Torres Amat, Félix; Petisco, 1980). Para Hegel y Marx, trabajo y dominio se compenetran de una manera tal que ambos pensadores no llegan a una determinación propia de los fenómenos aislados. Su desacuerdo está en que para Hegel el trabajo es dependiente del dominio y para Marx el dominio es dependiente del trabajo (Fink, 1995 [1979], págs. 186-187).
Con el surgimiento de la agricultura extensiva y el pastoreo, lo que entre las bandas de cazadores-recolectores eran escaramuzas y labores de aprovisionamiento, se convirtió en guerras y trabajo respectivamente.
Sería conveniente aclarar aquí que el trabajo que se enfrenta al dominio es aquel que se realiza a cambio de una remuneración (asalariado) y también el impuesto por un amo a un esclavo. Reservaré la expresión “labor” para las actividades propias de la subsistencia y del ocio (hobbys), en las que estaría incluido lo que Marsahll Shalins, en Economía tribal, denomina “producción para el aprovisionamiento” (1976, págs. 233-259).
Desde que Robert Owen acuñó el lema “ocho horas de trabajo, ocho horas para vivir, ocho horas de descanso” esta distribución del tiempo de la jornada se ha convertido en un patrón de vida comúnmente aceptado. En este modelo se aprecia que un tercio del tiempo de un día laborable se dedica al trabajo quedando un tiempo libre de dos tercios. Si consideramos que las ocho horas de sueño son necesarias para tener buena salud, nos quedamos con un tercio de tiempo para cubrir las necesidades personales de supervivencia (aprovisionamiento de vestido y alimentos, alimentación, higiene, tareas domésticas y actividad social) y ocio.
La cantidad de tiempo disponible para el ocio es un índice de calidad de vida. También lo es la cantidad de recursos disponibles. Esto explica la lucha permanente por conseguir reducciones del tiempo de jornada laboral y aumento de las retribuciones. A pesar de lo dicho, es preciso tener en cuenta que el tiempo de ocio disponible para un trabajador es función de sus necesidades económicas, reales o percibidas.
La mayoría de publicaciones en facebook relativas al trabajo se refieren a la lucha por obtener mejores retribuciones y horarios de trabajo que permitan cumplir con las obligaciones familiares, en lo que supone una escenificación del enfrentamiento entre dominio (poder) y trabajo mediante la lucha.
CONTINUARÁ
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