El alma mortal.
¿Muere el alma?
Los psicólogos evolucionarios entienden la religión como un subproducto de los nódulos del cerebro que se encargan de formular teorías sobre otras mentes, formar coaliciones y discriminar a favor de los miembros del grupo propio (Dawkins, R. 2006: 149) .
Paul Bloom señala que los niños tienen una tendencia natural hacia una teoría dualística de la mente (Dawkins, R. 2006: 149). . Esto explica la existencia de tantos dualismos con los que se desarrolla nuestra existencia: bien/mal, luz/oscuridad, amigo/enemigo, nosotros/ellos, varón/mujer... Esta visión infantil de las cosas propone una posición desde la que se pierde la gradación, los matices y nos lleva a conclusiones erróneas
Richard Dawkins, en El espejismo de dios, lo explica asi:
"La teleología y el dualismo innatos nos predisponen; dadas las condiciones correctas, a la religión; exactamente como la brújula de luz de mis polillas las predispone a un “suicidio” inadvertido. Nuestro innato dualismo nos prepara para creer en un “alma” que habita en el cuerpo en vez de ser una parte integral del cuerpo. Tal espíritu desincorporado puede ser fácilmente imaginado moviéndose hacia alguna otra parte; después de la muerte del cuerpo. Nosotros también podemos imaginar fácilmente, la existencia de una deidad hecha de puro espíritu; no como una propiedad emergente de la materia compleja, sino existiendo independientemente de la materia. Aún más obviamente, la teleología infantil nos prepara para la religión. Si todo tiene un propósito; ¿De quién es ese propósito? De Dios; por supuesto" (2006:150).
Desde el darwinismo podemos entender que la mente (el alma) es una manifestación del cerebro y que no se trata de un espíritu sin cuerpo que habita en el cuerpo y que por lo tanto es inmortal. Según esto no se trata de un soplo sino de una entidad que:
- Nace con la aportación genética de los padres;
- Crece con el desarrollo físico y el aprendizaje social;
- Enferma con el mal funcionamiento del cuerpo y de su entorno social y medioambiental y
- Muere con su soporte (el cuerpo).
Sin embargo, el alma de los fallecidos puede coexistir con los vivos.
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