El alma "integrada"
¿Dónde está la única residencia del alma verificable?
Michel Foucault, alguien a quien no se puede tildar de creyente, creía en la existencia del alma. Para él, el término representa la psique, la personalidad, la consciencia y la subjetividad del individuo (Lewellen, 2009: 256).
Michel Foucault, alguien a quien no se puede tildar de creyente, creía en la existencia del alma. Para él, el término representa la psique, la personalidad, la consciencia y la subjetividad del individuo (Lewellen, 2009: 256).
El gran desarrollo actual de las ciencias cognitivas (Neurociencias, Psicología cognitiva, Filosofía de la mente, Inteligencia artificial, Lingüística, Teoría de sistemas, Primatología, Etología animal) y de la Psicología comparada, Arqueología, Paleoantropología y Antropología cognitiva, nos sitúan muy lejos del pensamiento primitivo que todavía está presente en las religiones actuales en lo que al alma se refiere.
La psique, la personalidad, la consciencia y la subjetividad forman parte del ser humano pero no son ajenas a su cuerpo. Están integradas en él y soportadas por él. Dada su inmaterialidad, aparente, se las puede abarcar en la denominación de alma sin que esto lleve atribuido la aceptación de creencias basadas en la revelación o en los sueños.
Hace tiempo que sabemos que el bloqueo de una parte determinada del cerebro lleva consigo la ausencia de alguna de las facultades del alma. Hoy vamos conociendo en qué parte residen esas facultades y su relación con la química del cerebro.
Hoy podemos pensar con Eugenia Ramírez Goicoechea en "un cuerpo anatómica y perceptosensoriomotrizmente dotado, que incluye un cerebro autoorganizado flexible, estructurado por unas relaciones sociales cooperativas y comunicativas, a los que contribuye a recrear" (2009: 375).
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