La confusión de las elecciones
¿Quién manda en una democracia representativa?
En las democracias representativas, el ritual de las elección transmite a la 'gente ordinaria' la sensación de que es dueña de su propio destino ya que puede decidir quién va a detentar el poder. Muchos autores y especialmente los que postulan por la 'democracia real' no piensan que esto sea así.
En las democracias representativas, el ritual de las elección transmite a la 'gente ordinaria' la sensación de que es dueña de su propio destino ya que puede decidir quién va a detentar el poder. Muchos autores y especialmente los que postulan por la 'democracia real' no piensan que esto sea así.
Jonathan Spencer en La democracia como sistema cultural. Escenas de las elecciones de 1982 en Sri Lanka, dice:
"Todo esto, ¿qué tiene que ver --si es que tiene que ver algo-- con el ritual político? Si la democracia puede definirse como la idea de "que en las comunidades políticas humanas debe ser la gente ordinaria… y no la gente extraordinaria la que mande" (Dunn, 1992: v), las elecciones son el medio principal por el que la gente ordinaria se recuerda a sí misma que, cualesquiera apariencias en contrario (y por lo común son muchas y variadas), son "ellos" mismos quienes están a cargo de su propio destino. Las elecciones son acontecimientos que confunden de un modo muy íntimo e intencionado las identificaciones, en gran medida simbólicas, de gran número de personas, con sus efectos sobre la conducta políticamente efectiva de un número más bien pequeño de personas. Dicha confusión es, realmente, su objetivo (Dunn, 1980: 112)" (Marquina, 2009: 59).
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