La transformación del Hombre político
¿Cómo llega el hombre político a convertirse en portavoz y representante de los demás?
Marc Abélès en La antropología política: Nuevos objetivos, nuevos objetos advierte que dedicarse a la política es un modo de aspirar a un mandato ocupando un puesto de poder y que "la elección es un proceso misterioso cuyo efecto es transformar al individuo en un hombre público. De la noche a la mañana, una persona que no era más que un ciudadano como los demás es llamada a encarnar los intereses de la colectividad, a convertirse en su portavoz" (Marquina, A. 2004: 57).
Pero, ¿quién lo ha elegido? ¿será fiel a sus votantes?
Oscar Cevey en Imágenes para la elaboración de un derecho humano dice que los "representantes" son postulados por alguna fuerza política, grupo de presión o de interés, lo que supone que el candidato viene impuesto. Esto supone que "una minoría absoluta tiene el "derecho" de imponer los "representantes" a la mayoría. ¿Y cómo hace un aspirante a representante para que la fuerza política, grupo de presión o interés lo elija a él? Hay modos variados, pero se sintetizan casi siempre en servicios prestados a esas organizaciones o promesas de prestarlos si es electo, evaluándose la "fidelidad" a las órdenes que le den esas organizaciones" (Marquina, A. 2009: 265)
¿Se podría prescindir de los partidos políticos? Sulling, G. en Introducción a la democracia real no cree que sea posible:
"Algunos podrían considerar la posibilidad de una democracia real sin partidos políticos o sin organizaciones de tipo político, y el descrédito de los partidos tradicionales contribuye a fomentar esta postura. Sin embargo, hay que distinguir entre el funcionamiento que hasta ahora han tenido la mayoría de los partidos, y la función que debería cumplir una organización política en una democracia real"(Marquina, A. 2009: 98).
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