Sinteo busca un dios


Sinteo había nacido en una sociedad que basaba sus relaciones humanas y su forma de vida en sus creencias religiosas. Los mandamientos religiosos constituían, de hecho, un código civil que regulaba la vida y la muerte.

Sinteo había conocido muchos dioses. Tanto las sociedades simples como las complejas tenían los suyos propios. Unas eran politeístas y asignaban funciones diferenciadas a cada uno de sus dioses, y otras eran monoteístas y compendiaban todas las funciones y poderes en un dios único.

Sinteo se dio cuenta de que para las distintas sociedades humanas los dioses eran bien sus propios ancestros bien sus creadores. Por supuesto los humanos decían estar hechos a imagen y semejanza de sus dioses, que tenían todas las propiedades y virtudes (en algunas culturas también los defectos) de los humanos, pero llevadas a su máxima expresión.

Así, los dioses eran omniscientes, todopoderosos, omnipresentes, justicieros, bondadosos, generosos, etc., pero además eternos. Aquí Sinteo se hacía una pregunta: si los humanos están hechos a su imagen y semejanza ¿por qué tantos humanos son injustos, malvados, ambiciosos, ladrones y asesinos? Y ¿por qué viven tan poco tiempo?

Sinteo leyó un día que muchas personas pensaban que los dioses habían sido creados por los humanos a su imagen y semejanza. Esto le pareció más lógico y razonable que lo contrario. Los seres humanos reconocen sus limitaciones y creen que debe existir alguien que no las tenga. También que su vida es muy corta y la creencia en la vida después de la muerte le proporciona un escenario en el que perpetuarse y en el que se haga justicia castigando a sus enemigos y premiando su fidelidad.

Todo iba encajando. Ahora entendía por qué los hombres podían castigar, torturar, matar, violar, encarcelar, robar, lapidar, mutilar, etc., en nombre de dios. El dios que enarbolaban eran ellos mismos (claro que algunos eran más dioses que otros).

Al llegar a este punto en sus reflexiones, se percató de que dios no podía ser eterno. Dios (el tipo de dios que conocía) no podía ser anterior a los humanos. Dios había nacido en un marco temporal. Recordó que en la mitología de la Grecia clásica Zeus era hijo de Crono.

Esto iba en contra del pensamiento de los que afirmaban que dios era eterno. Pero, aunque así fuera, la eternidad está referida al tiempo. Según esto, parece que el tiempo es el ente superior en el que se enmarcan dioses y mortales. Todo lo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá, fue, es y será en un tiempo. Si el tiempo no hubiera existido, no habría existido nada.

Sinteo llegó a la conclusión de que, si había un dios, no podía ser otro que el Tiempo. Por eso decidió cambiar su nombre y llamarse Cronoteo.

Cronoteo, ahora, era consciente de que disponía de una porción de su dios en forma del tiempo que le había sido concedido. Sabía que sin su tiempo no era nada y de que era responsable ante el Tiempo de lo que hiciera con su tiempo.
Orozco, F. 2015


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Comentarios

  1. Querido Francisco: me congratula su firme decisión de plasmar por escrito y de esta forma tan amena y simpática, tantas reflexiones, charlas y comentarios que en más de una ocasión he tenido el placer de discutir con usted.

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