Ambiguo busca su identidad


Ambiguo era un humano que había nacido en un país en el que la mayoría de las personas creía que un dios había creado al hombre a su imagen y semejanza. Al parecer ese hombre era un ser humano que podía tener uno de los dos únicos sexos que tuvo a bien crear: varón o mujer.

El día que nació Ambiguo, la comadrona que les ayudó a él y a su madre en el parto, rellenó un formulario que era imprescindible para que fuera reconocido por la sociedad. En el formulario tenía que anotar su nombre, el de sus padres, la fecha y hora de su nacimiento y tenía que marcar una de las dos únicas casillas en las que se podía reflejar su sexo. La comadrona no sabía cuál de las dos casillas marcar. Sí sabía que la casilla que marcara determinaría el género social de aquel bebé: masculino o femenino. Era muy experimentada y sabía que ella lo único que podía determinar, con los medios de que disponía, era el sexo fenotípico o genital que es el que se deriva del aspecto de los genitales. También sabía  que el sexo biológico era algo más complejo que el sexo fenotípico. El sexo genético, el basado en los cromosomas, presenta más de diez variedades que determinan la presencia y/o ausencia de ovarios y testículos. Sin estar muy convencida marcó la casilla ‘varón’ (si padecía el síndrome de Klinefelter le saldrían mamas en la pubertad).

Durante su niñez le gustaba más jugar con las niñas que con los niños. Pero, el verdadero problema llegó con la pubertad. Las sospechas de la comadrona se hicieron realidad y en un momento en que el género social imponía severos roles diferenciados él no sabía dónde posicionarse.

Sus compañeros masculinos se burlaban de él y los femeninos no lo aceptaban. Su padre vivía angustiosamente la situación y no sabía cómo comportarse. Su madre era mucho más comprensiva y se refugiaba en ella.

Cuando se hizo mayor se enteró de que muchos seres humanos tenían problemas de identidad sexual y conoció casos como los de:
  • Los hijra, que en la India forman parte de una casta. La mayoría de los hijras serían considerados varones en la sociedad en la que había nacido Ambiguo; no todos están castrados. Ofician en bodas y bautizos y son considerados un tercer género. Un ejemplo era Joya Shikder que consiguió en Pakistán un documento de identidad en el que se le reconoce como “tercer género”;
  • Thomas Beatie reconocido legalmente como varón aunque se le asignó el sexo social de mujer al nacer y que después tuvo hijos, mientras seguía declarándose varón;
  • Los berdache o badea, también conocidos como los ‘dos espíritus’; son individuos pertenecientes a pueblos amerindios de Estados Unidos y de las Naciones Originarias de Canadá que cumplen uno de los múltiples roles de género que existen en sus sociedades. Tradicionalmente los roles incluían vestir y realizar las tareas de los dos géneros sociales (masculino y femenino);
  • Los ‘osos’ que se adaptan al rol de varón excepto en su comportamiento sexual (son homosexuales);
  • Jorge Amaranta Gómez Regalado una muxhe perteneciente a las poblaciones zapotecas del valle central de Oaxaca (México). Son reconocidos como un tercer sexo (se trata de varones trasvestidos) y suelen casarse con varones;
  • Steve Crecelius quien descubrió al hacerse un reconocimiento médico que tiene ovarios. Ahora se llama Stevie y ha adoptado la identidad femenina que siempre sintió. Su esposa Debbie le pidió que explicara su cambio a los seis hijos que tienen en común.
  • Norrie May-Welby, Australiano, primer ser humano con un documento en el que figura sexo “not specified” después de pasar de varón a mujer.
  • Jamie Shupe, la primera persona de EEUU sin género legal masculino o femenino al que una juez le atribuye el género "no binario"
Los dos últimos casos son los que más llamaron su atención. El había estado dudando entre operarse para adoptar un sexo o aceptar su intersexualidad y aceptarse a sí mismo tal y como era. En el fondo sabia que la transexualidad no era la solución total. Podría cambiar de género social pero el par 23 de su cariotipo no era ni XX ni Xy.

El era Ambiguo y quería ser reconocido como ambiguo y lanzaba estas preguntas:
  • Si se acepta la ‘igualdad de género’ significa que los géneros son iguales y si son  iguales; ¿por qué se siguen diferenciando y se habla de género femenino y género masculino y no, simplemente de personas?
  • Si los géneros son iguales significa que los roles de género son iguales; entonces ¿por qué  y para qué figura el género social en el DNI?
  • Si en el DNI no figura el color de los ojos, de la piel o del pelo ¿por qué figura algo que se entiende como sexo cuando aparentemente las personas pueden cambiar de sexo?
  • Si la constitución dice en su artículo 14 que “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social” y el DRAE define discriminar como “seleccionar excluyendo”. ¿No supone el hecho de marcar un sexo-género seleccionar a una persona excluyéndola del otro, y por lo tanto una discriminación?
Cuando ya era mayor se enteró de que un país de Europa (Alemania) reconocía el derecho a dejar en blanco la casilla del sexo-género a partir del 1 de noviembre 2013.

Finalmente se reconoció y aceptó a sí mismo y pensó que le importaba un pimiento el reconocimiento de los demás y fue todo lo libre que se les permite ser a los seres humanos.
Orozco, F. (2015)

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