Equivalencia social
La palabra igualdad hace tiempo que se ha vaciado de contenido. La promesa de igualdad para todos de la Revolución Francesa llenó de falsas ilusiones a muchos. Es evidente que todos los seres humanos son diferentes y únicos por eso pretender ser iguales (sin más) supone un contrasentido imposible de superar. Por eso es más concreto hablar de igualdad de oportunidades, igualdad ante la ley, igualdad de derechos, igualdad de obligaciones, igualdad de/ante... Por otra parte, todas las personas se sienten orgullosas de sus diferencias: las de su religión, su género social, su etnicidad, su folclore, etc. es decir, no aceptan ser iguales. Una forma de salvar esta contradicción es utilizar un concepto más preciso y abarcante.
Personalmente prefiero la expresión "equivalencia social" sobre la que he ensayado una definición (que puedes enriquecer con tus comentarios).
Para verla, clica arriba en la pestaña 'equivalencia social'.
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