El retroceso del nacionalismo
Yuval Noha Harari en su obra Homo sapiens. De animales a dioses, dice:
“A medida que el siglo XXI va avanzando, el nacionalismo pierde terreno rápidamente. Cada vez más gente cree que toda la humanidad es el origen legítimo de la autoridad política, y no los miembros de una nacionalidad concreta, y que salvaguardar los derechos humanos y proteger los intereses de toda la especie humana debiera ser el faro que guíe la política. Si es así, tener cerca de 200 estados independientes es un estorbo en lugar de una ayuda. Puesto que suecos, indonesios y nigerianos merecen los mismos derechos humanos, ¿no sería más sencillo que un único gobierno global los protegiera?” (2016, pág. 231).
“A medida que el siglo XXI va avanzando, el nacionalismo pierde terreno rápidamente. Cada vez más gente cree que toda la humanidad es el origen legítimo de la autoridad política, y no los miembros de una nacionalidad concreta, y que salvaguardar los derechos humanos y proteger los intereses de toda la especie humana debiera ser el faro que guíe la política. Si es así, tener cerca de 200 estados independientes es un estorbo en lugar de una ayuda. Puesto que suecos, indonesios y nigerianos merecen los mismos derechos humanos, ¿no sería más sencillo que un único gobierno global los protegiera?” (2016, pág. 231).
Sin embargo, en nuestros días todavía quedan elites que argumentan supuestas diferencias genéticas y culturales para pedir la independencia y crear un nuevo Estado. ¿Es esto producto de una falta de visión global y/o una expresión de ambición localista?
Parece que estamos sufriendo un retroceso hacia la mentalidad del siglo XVIII y a un despertar de los fascismos. Solo nos queda esperar que se trate de los coletazos que preceden a la muerte de esas lacras.
Homo sapiens ha evolucionado con un arraigado sentimiento de lo que somos “nosotros” frente a “los otros” y parece que algunos (los menos evolucionados) se resisten a salir de esa dicotomía.
Comentarios
Publicar un comentario