Rasgos esenciales del amor
2.6.2 Rasgos esenciales del amor
El ser humano no es ajeno a la “pulsión” que lleva a todos los animales a aparearse. Este instinto permanece a través de las generaciones como un impulso de “permanencia” por tiempo indefinido, como un anhelo de alcanzar la inmortalidad. Pero el amor humano es también amor a los hijos y a su descendencia en los que se materializa la transmisión de los genes y de la propiedad material e intelectual.
Fink expone así la humanidad del amor:
- El amor humano es “pulsión” y acto consciente.
- El animal se queda en la “pulsión”. No vive “comprensivamente y con sentido los procesos generativos”.
- El dios no puede amar, “porque en sí mismo (como se afirma de él) es la plenitud misma del ser, porque nada le falta, nada queda afuera, nada le es sustraído” (1995 [1979], pág. 209).
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